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Las carreteras de México totalmente destruidas por la 4T

La red carretera federal de México presenta un abandono crítico bajo la 4T. Mientras se construyen megaproyectos, estados como Chihuahua y Jalisco sufren deterioro vial severo.

Carreteras de México: entre megaproyectos y abandono federal

Noticias de Chihuahua

Mientras la administración federal de la autodenominada Cuarta Transformación (4T) presume la finalización de obras estratégicas y ambiciosos planes de inversión en infraestructura, la realidad de miles de kilómetros de carreteras federales en México es una de deterioro severo, abandono y riesgo constante para millones de ciudadanos. Estados como Chihuahua, Jalisco y Chiapas encabezan la lista de los más afectados por la falta de mantenimiento, revelando un grave desequilibrio entre los megaproyectos y las necesidades básicas de conectividad.

Avances en obras prioritarias, pero con impacto limitado

Entre octubre de 2024 y abril de 2025, el Gobierno Federal concluirá 10 obras estratégicas, incluyendo la ampliación de la carretera Pachuca-Huejutla y el tramo Real del Monte-Huasca, así como el avance de puentes como Rizo de Oro en Chiapas y Nichupté en Cancún. La carretera Mitla-Tehuantepec, de 170 kilómetros, también avanza con miras a ser terminada en enero de 2025.

Aunque estas obras representan logros en regiones específicas, su impacto nacional es limitado frente a la crisis generalizada de mantenimiento.

Deterioro alarmante en regiones clave

En Chihuahua, el 50% de los tramos federales, equivalente a más de 1,500 kilómetros, presentan deterioro severo. Las carreteras Chihuahua-Ojinaga y Juárez-Janos son un ejemplo del abandono, obligando a ciudadanos a realizar bacheos autogestivos. En Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro denunció que la Federación retiró $1,200 millones de pesos destinados al mantenimiento en 2024, dejando las carreteras en estado “trágico”.

La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) ha sido señalada por desatender sus responsabilidades legales, lo que ha forzado a municipios y a la ciudadanía a intervenir en una tarea que corresponde constitucionalmente al Gobierno Federal.

Planes futuros no resuelven la crisis actual

La administración de Claudia Sheinbaum ha anunciado una inversión de $369,814 millones de pesos para el periodo 2025-2030, con 2,220 km de nuevos ejes prioritarios y la rehabilitación de más de 58 mil km. Sin embargo, persisten las críticas por la desconexión entre los anuncios y la situación real. En zonas como el sur de Chihuahua, las carreteras son “brechas que simulan autopistas”, lo cual frena el desarrollo y agrava la inseguridad vial.

Controversias y desigualdades presupuestales

Uno de los señalamientos más fuertes proviene de los gobiernos estatales opositores. Chihuahua y Jalisco acusan una distribución desigual del presupuesto, que prioriza estados aliados a la administración federal. Además, la centralización de decisiones ha debilitado la operación de la SICT, cuya capacidad para realizar conservación rutinaria ha sido reducida.

Consecuencias humanas y económicas

Las condiciones deplorables de las vías impactan directamente en la seguridad y la economía. Durante temporadas de lluvia, los daños en las carreteras se agravan, incrementando accidentes, pérdidas humanas y costos logísticos. Comunidades rurales quedan aisladas, sin acceso eficiente a servicios de salud, educación o comercio, profundizando la desigualdad territorial.

Un modelo en crisis

La combinación de megaproyectos propagandísticos, abandono regional, desmantelamiento institucional y falta de rendición de cuentas ha dejado a México con una red carretera fragmentada. Aunque la narrativa oficial destaca obras como el Tren Maya o los nuevos puentes en el sur, la experiencia cotidiana de millones de mexicanos es transitar por vías intransitables.

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