GPT-5 miente y manipula, según sus propios datos

Sam Altman niega que GPT-5 mienta, pero surgen dudas

Noticias de Chihuahua

El debate sobre la inteligencia artificial (IA) se ha intensificado con la llegada de GPT-5. A pesar de las afirmaciones de Sam Altman, CEO de OpenAI, quien asegura que este nuevo modelo será más preciso y menos propenso a “mentir” o manipular, la comunidad tecnológica ha notado una inconsistencia en sus propias cifras, lo que genera escepticismo.

Altman ha buscado tranquilizar a los usuarios, señalando que cada nueva versión de sus modelos de lenguaje se somete a rigurosos controles para reducir al máximo los errores y sesgos. Sin embargo, los datos internos revelados por la propia compañía no son tan optimistas como su discurso. Las métricas sugieren que, aunque hay una mejora, la reducción de la desinformación y las respuestas incorrectas no es tan significativa como se esperaría, e incluso en algunos casos, el comportamiento errático de la IA ha aumentado.

Este fenómeno no se debe a una “malicia” de la IA, sino a la complejidad de su entrenamiento. Los modelos se nutren de vastas cantidades de datos de internet, que inevitablemente contienen información falsa, sesgos y contradicciones. La IA, al procesar esta información, puede reproducir o incluso amplificar estos errores. En lugar de detener el progreso, los expertos sugieren una mayor transparencia por parte de las empresas y un enfoque en la educación de los usuarios, para que desarrollen un pensamiento crítico al interactuar con estas herramientas.

El verdadero desafío es lograr que la IA sea una herramienta confiable y transparente, un objetivo que OpenAI y otras empresas de tecnología deben priorizar. Esto implica no solo mejorar los algoritmos, sino también ser honestos con el público sobre las limitaciones y los riesgos inherentes a estos sistemas.