Chihuahua te invita a recorrer su pasado prehispánico
Paquimé, Cueva de la Olla y Huápoca historia en Chihuahua
Noticias de Chihuahua
Alguien dice Chihuahua y lo primero que se nos viene a la mente es el desierto, las Barrancas del Cobre o la cultura vaquera. Pero bajo ese mismo sol y entre sus montañas palpita un corazón ancestral y prehispánico, que invita a un viaje a través del tiempo y que hoy es una de las rutas turísticas más ricas del norte de México.
La perla de este circuito es, sin duda, Paquimé. Cerca de Casas Grandes, este sitio arqueológico, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de adobe que revela una civilización sofisticada. Sus edificaciones de varios pisos, las extrañas puertas en forma de “T” y el sofisticado sistema de control de agua demuestran el avanzado nivel que alcanzó la cultura que aquí se desarrolló entre 1200 y 1450. Para conocer sus secretos, el Museo de las Culturas del Norte es una parada obligatoria; un museo contemporáneo que alberga los hallazgos de la región.
Pero la aventura apenas comienza. Internándose en la Sierra Madre Occidental, la naturaleza y las antiguas culturas muestran otra cara: sus moradas en los acantilados. Un ejemplo impresionante es la Cueva de la Olla, con su enorme cuexcomate en forma de olla de casi 3 metros de altura, construido para almacenar maíz y otros granos, una maravilla de ingeniería y conservación de alimentos.
Cerca de allí se localizan Las 40 Casas, un complejo habitacional edificado dentro de cuevas y abrigos rocosos en un acantilado con vistas espectaculares. Se piensa que fue un lugar de encuentro y un centro de comercio para las rutas que enlazaban a las culturas del desierto con las de la costa del Pacífico. Asomarse a una de estas ventanas es encontrarse cara a cara con quienes habitaron la zona en el pasado.
Para los aventureros fuera de camino, el complejo arqueológico de Huápoca tiene su equivalente local con sus propias viviendas en acantilados con vista al río del mismo nombre. Es otro ejemplo de cómo los antiguos chihuahuenses se adaptaron y florecieron en un ambiente tan extremo como hermoso.
Recorrer estos lugares no es solo una clase de historia, es una invitación a caminar, descubrir y sentir un México antiguo que a veces olvidamos. Es descubrir que Chihuahua es más que su actualidad; es un guardián discreto de un pasado excepcional.
